Entonces te das cuenta que prontamente llegará el final de aquello que esperabas no acabara nunca. Ser la parte que se queda con las ruinas siempre es más difícil. Darte cuenta que es tiempo de avanzar, de dejar atrás lo que en algún momento construiste, superarte a ti misma y tus tristezas, intentando mantener la naturaleza intacta, huyendo de las miserias que desatan el vaccum que esta ahí frente a tu espalda, ser feliz, o al menos intentarlo, a pesar del temor, la incertidumbre, la ansiedad, la culpa, aceptar que es momento de encontrar distancias y en definitiva, darte cuenta que desde hace tiempo solo queda en común el hecho de que ambos conocemos a un futuro miembro de la NASA.
