martes, 20 de septiembre de 2011

¿La mejor elección?

A los ojos del mundo que tanto critica (y que tanto lo critica) no era quizás la mejor elección, al menos no ante las apariencias de quienes eran sólo prospectos, deambulando, con intensiones de quedarse; sin embargo, cuando has dado todo lo que se puede dar y has perdido todo lo que se puede perder, logras una extraña compresión del amor y de la realidad: Aprendes que no todas la apariencias muestran realidades, y que no siempre lo racional es lógico, que amar no es tan dificil como parece, y que cuando has aprendido eso, ya has superado lo único dificil del amor: el temor; el temor a estar solo, a sentir dolor, a la decepción, a entregarse y no ser correspondido, al desamor o a sentir que no se es suficiente. Aprendes a darle a las cosas, a las personas, a los sentimientos, a tus errores y a los ajenos, el valor justo que representan. Aprendes a perdonar y a perdonarte, a aclarar que quieres para ti y para quien amas. Aprendes a aferrarte y a soltar. A  levantarte y a continuar; a caer de pie y dejarte caer. Aprendes que lo bueno de entregarlo todo, es que cuando te reservas cosas, te cuesta más limpiar lo que queda cuando se marchan. Aprendes que no hay amores prestados, ni reembolsos, ni repeticiones. Aprendes que los nuevos no son continuaciones y que aunque la experiencia te enseña, una nueva persona es una nueva experiencia. Aprendes que darlo todo sólo te garantiza el riesgo, pero que el riesgo vale más que lo seguro. Aprendes que los patrones no sirven para medir a las personas, ni a los sentimientos y que es más pegajosa la goma de las etiquetas que la saliva de los besos. Aprendes que para saber que puedes encontrar algo mejor necesitas saber que es lo que necesitas, pues el valor de lo mejor es relativo como todos los valores; que no siempre lo que necesitas es lo que quieres, y que no siempre lo que quieres es bueno; aprendes que casi siempre te equivocaste cuando fijaste tus expectativas, no porque debas ser conformista, sino porque eras ignorante.

Quizás ante los ojos del mundo no era la mejor elección, pero ya yo he dado todo lo que puede darse y he perdido todo lo que puede perderse.

Nos Vemos en el Espejo...