miércoles, 4 de agosto de 2010

MI PAIS SOY YO

MI PAIS SOY YO Soy renuente a llamarme a mí misma escritora, pues creo que para ello me falta muchísimo trecho, pero me estoy esforzando por llegar a serlo; quizás cuando este viejita y arrugadita me permita abandonar la humildad y optar por tener un momento de arrogancia cuando de verdad haya hecho mérito para llamarme así, además, es mejor, por ahora, sin las presiones que conllevan las etiquetas, lo estoy disfrutando mucho. Durante varios bastantes años mi letra ha sido técnica, destinada al convencimiento del derecho y de la justicia ajena, pero “ahora me toca a mí” (sin ánimos de plagiarte Luis Chataing), por eso me encuentro en una nota de reinvención, renacimiento, introspección, espiritualidad, pero no de la come flor (espero no lastimar susceptibilidades) sino de esa que te lleva al conocimiento y entendimiento profundo de la razón y del alma, del espíritu humano abarcado en todos sus aspectos, y he descubierto que me gusta este presente, produce unos momento de iluminación tan satisfactorios que casi son orgásmicos (jajajaja soy terrenal, que puedo decir, no puedo apartarme de los sentidos). Esos tiempos producen en quien escribe ciertas cosas que son realmente complejas, sólo puedo esperar que sean para bien. Pero bueno, a ver que me sale porque la necesidad de decir se hace presente. Cuando se ha tenido un receso en esto del decir, cuesta un poco quitar el óxido de los engranajes, pero cuando lo has hecho y todo comienza a marchar de la manera correcta tienes que empezar a decantar con ojo clínico porque corres el serio peligro de la “verborrea”, la refinación es indispensable. Mi computadora se me daño y por las características propias del lugar donde vivo no he podido recuperarla aún, junto con ella perdí varios artículos que había escrito lo que me produjo cierto despecho, pero bueno, como dije recientemente, hay que practicar el desprendimiento, sobre todo de tu propio ego, de otra forma no puedes evolucionar. Entre esos artículos que perdí tenía uno que empezaba evocando aquel famoso dicho que reza “de músico, poeta y loco todos tenemos un poco”, yo personalmente como poeta lo intenté un tiempo, pero me resulta sólo la poesía en prosa; de músico, el alma nada más; creo que de lo que más tengo es de loca, y sinceramente son los ratos que más disfruto; no en vano se ha repetido insaciablemente que los locos son más felices que los cuerdos. Pero bueno, para poder decir eso es muy importante conocerte, entenderte y quererte, porque no sólo podrás disfrutarte sino que es lo único que te podrá ayudar a superar los tiempos difíciles de la vida. Así pues, entre pensamientos surgió la idea de cómo se aplica eso a la realidad del país actual, y se hace obvio: que importante es la identidad; ojo, aclaro, no soy psicóloga, no me acerco a serlo ni lo pretendo, sólo soy una mujer con toques de neurosis filosofando sobre la vida, para eso de matar los ratos libres. Revisando lo que ha ocurrido en los últimos 11 años, me doy cuenta de cómo se ha ido sistemática y paulatinamente destruyendo la identidad nacional, y más allá, la identidad personal que cada venezolano, por lo menos se ha pretendido; ya veníamos con la pata chueca de una democracia incompleta en los años anteriores a esta copia mediocre de país en el que nos han sumido y nos metieron de golpe en el micro mundo que vive en la verruga de Esteban como si se tratara de un episodio de “pinki y cerebro” con un plan macabro para apoderarse del mundo, el cual, en mi humilde opinión, ciertamente existe. Los sistemas políticos y jurídicos de un estado están ligados a las identidades y valores de los pueblos que rigen, por lo que, la modificación de los primeros sólo se logrará si cambian los segundos. Es una realidad ancestral, y no sólo de la “cuarta república” que los intereses personales han regido la mayor parte de las modificaciones de los sistemas políticos de las civilizaciones mundiales, lo que es evidente forma parte del plan global, en mi humilde opinión, de la actividad del gobierno actual. Cuando esa modificación no es voluntaria del colectivo y existen los intereses personales de por medio, entonces se hará de manera violenta, haciendo uso de esa actitud pasivo-agresiva que sólo los más peligros utilizan. Así, tal como es evidente a mi parecer, se inició desde hace 11 años un plan destinado a derrumbar la identidad del pueblo venezolano, tratando de arraigar ajuro en su lecho una sustituta que se acercara con mayor precisión a las necesidades del titiritero, atacando los símbolos y destruyendo todo aquello a lo cual pudiese el ciudadano aferrarse para recordar lo que era la democracia, lo que fue fácil, teniendo la cama hecha por los antecedentes de la realidad venezolana. Si, Esteban quiere acabar con los venezolanos para crear un nuevo gentilicio, chavistas, basta con ver el estado de depresión, paranoia y neurosis de los venezolanos, quienes se han convertido en iracundos, ante la inseguridad, la falta de comida, la falta de dinero, la falta de trabajo, la falta de libertades; a nada de eso se va a dedicar el gobierno, por el contrario, va a aumentarlo, va a auparlo, porque todo eso es necesario para la destrucción de la identidad del venezolano. La pregunta lógica ahora, como lo atacamos. No sé, déjame pensar. En esta nota de reinvención, me di cuenta que en mi vida habían ocurrido ciertas cosas que me habían alejado de lo que realmente soy, por lo que reinventarme significa trabajar con las cenizas y reordenar el camino, significa hacer fuertes mis fortalezas y corregir mis debilidades, y aquellas que no puedo corregir, conocerlas para usarlas en mi favor. Todos pedimos líderes opositores, todos pedimos guías en contra de lo que está ocurriendo en el país, todos pedimos unión, pero el líder no es un príncipe azul que llega en un caballo blanco a rescatarte de tus pesares, la unión no son partidos políticos con listas de necesidades; el líder podrá ser cualquiera que entienda que los valores se consiguen transformándose a sí mismos. Independientemente de las medidas políticas, el cambio comienza por uno mismo. Recuperemos nuestra identidad personal, recuperemos los valores individuales. No somos ni seremos la primera civilización devastada por un mal gobernante, sólo el compromiso conmigo y con lo que soy podrá ayudarme a desmontar el plan macabro de “Esteban Cerebro” para acabar con Venezuela, sólo sabiendo quien soy, que soy y que quiero, sólo queriéndome, y queriéndome mucho como individuo, podré lograr, desde mi casa, que Esteban Cerebro, fracase en este capítulo, por que al final de cuentas, mi país, soy yo. Nos vemos en el espejo.