domingo, 9 de marzo de 2014

VENEZUELA, ¿UN GENTILICIO EN ERUPCIÓN O EN CONVULSIÓN?

Me pregunto cómo iniciar, tal como me pregunté cómo responderle a mi hija la pregunta que me hizo hace unos días: ¿Mamá, lo que está pasando es bueno o es malo? Mi repuesta inmediata fue: Es malo que haya personas lastimadas, pero es bueno que las personas están reclamando por todo lo que les hace daño.
Ese evento me movió necesariamente el ya tan intranquilo espíritu que nos ha producido esta Venezuela que vivimos desde hace unos días y me hizo comenzar a pensar más profundamente mi repuesta. ¿Es bueno o es malo?
Hago entonces un repaso mental de la Venezuela en la que vivimos, segura de que es tanto lo que nos aqueja que mucho se me escapará, y me vienen a la mente las tan reiteradas denuncias en voz de cientos de miles de venezolanos (y habitantes de Venezuela, venezolanos de corazón) hechas estos días. Los de sensación más inmediata, por afectar la cotidianidad y de más sencilla comprensión por el, como dicen y que me parece una expresión tan desagradable, “venezolano de a pie”: 250.000 homicidios o muertes violentas en 15 años con casi absoluta impunidad, 2841 homicidios en solo dos (02) meses, falta casi total de todos los productos de primera necesidad en el país, el sometimiento a condiciones inhumanas de vida, miles de colas para comprar comida, imposibilidad para acceder a servicios de salud o medicinas, desempleo y exigencias partidistas para conseguirlo, inexistencia de fuentes de empleo, dinero que no alcanza para pagar lo que se consigue.

Pienso entonces en esas razones que motivan la reciente actividad en Venezuela, de un nivel de comprensión, al parecer, un poco más compleja:

Imposibilidad de acceso a la información:
1. Al producirse de forma sistemática la eliminación, censura y persecución de las ventanas de información y opinión como canales de televisión y radio, así como de medios impresos de toda naturaleza.
2. Bloqueo de páginas de internet e inicio de procedimientos a medios y proveedores por la transmisión de la información.

Destrucción del sistema económico en Venezuela:
1. Creación de “sistemas de ayuda social” sin fundamento teleológico y sólo motivaciones políticas
2. Cambio de sistemas productivos y de inversión, por sistemas de subsidios y control estadal
3. Expropiación de empresas productivas para justificar la ineficiente respuesta del estado a las demandas sociales
4. Uso indiscriminado del dinero público para la actividad política del gobierno con agenda propia e irreal, que utiliza la Hacienda Pública como chequera particular para obtener la gracia, con una bandera de “integración latinoamericana” que sólo tiene como resultado una desangrada Venezuela

Destrucción del Estado de Derecho
1. Inexistencia de los principios que informan el Estado de Derecho establecido en la Constitución: Legalidad, Separación de los Podres y Responsabilidad
2. Un sistema Judicial que no llena los requisitos de los tratados y acuerdos internacionales, donde los jueces son todos “provisorios”, no ingresan por concurso y subsisten bajo la figura de “contratados”.
3. Un Tribunal Supremo de Justicia encabezado por Magistradas Presidentes que gritan la Unísono: Uh, Ah, Chávez Vive la Lucha Sigue, que declaran que el Principio de Separación de los Poderes es dañino para el Gobierno.
4. Una Asamblea nacional que no legisla con base científica sino política, y que discute política sin principios democráticos; con un Presidente que se ríe cuando Diputados son golpeados salvajemente por otros Diputados y que “administra el micrófono” y no cumple las normas del Reglamento Interior y de Debates, que delega sus funciones convirtiendo al Ejecutivo en legislador, juez y verdugo.
5. Un Poder Ciudadano conformado por un contralor que persigue a la oposición conforme ordene el Poder ejecutivo, que inhabilita sin poder a ciudadanos en sus ejercicios políticos, un Fiscal que dice que ha escuchado de delitos pero que nadie se los ha denunciado, que investiga a quien no piensa igual y justifica toda acción del que piensa igual que ellos; y un Defensor del Público que se hace llamar gobierno y habla de tratos crueles por torturas en la búsqueda, quizás de impunidad por la última.
6. Un Poder electoral que vive de resultados irreversibles pero sólo porque son inauditables
7. Poderes ejercidos por quienes no tienen las condiciones para hacerlo, por ley y por humanidad.

 Y pienso finalmente en otras razones que quizás tocan con más fuerza el espíritu de los venezolanos: Un Gobierno que manipula, que usa el poder para manipular, que se aprovecha de la ignorancia para torcer y confundir; un pueblo lastimado por la ineficiencia de sus otrora políticos de cabecera; la destrucción de la base moral al inducir sentimientos de odio por resentimiento, palabras como: mantengamos pobres a los pobres para que no se conviertan en escuálidos, como quien dice que: la protesta no es protesta sino focos de violencia; que el reclamo no es reclamo sino actividades fascistas. Pienso también en cómo los venezolanos se convierten cada día en seres menos capaces de cubrir sus propias necesidades, como casi tres generaciones ya han sido educadas bajo la bandera de la mediocridad, impulsando la cantidad sobre la calidad, viendo personas que dicen que saben escribir pero que en realidad apenas les alcanza 10 minutos para escribir su nombre (con errores ortográficos) como cultivan el canibalismo social, como enseñan al pueblo a usar a sus propios vecinos y ciudadanos; como han creado las generaciones de la desconfianza. Como mal usan los colores de la patria, como profanan los espacios más sagrados: “su corazón”, imponiendo nombres a la “patria”, queriendo cambiar “Venezuela” por “Hugo”.
Como han hecho de la mentira la “identidad” del pueblo, como el cinismo y el descaro rebotan cada día en la cara de los venezolanos. Pienso en la comodidad que han “inoculado” en cada uno de los ciudadanos: Las misiones que pagaban por cada hijo que tenías, las misiones que pagaban por cada preso en las cárceles, como convirtieron la “incapacidad” en una profesión.
¿Me pregunto entonces dónde estaba el venezolano? ¿Cómo permitió que todo esto ocurriera? ¿Cómo dejó que llegáramos hasta aquí? Maldigo, tristemente, a todos aquellos que antes tuvieron en sus manos la responsabilidad de crear un “pueblo” distinto, un pueblo que no permitiera que lo usaran, que no dejara que lo humillaran, que no consintiera y celebrara a quien abusara de él, un pueblo que no cultivara la cultura del “vivo pendejo”, un pueblo que no se sintiera tan maltratado que cayera tan tristemente en las trampas de esa realidad y en las manos de este inescrupuloso gobierno.
Entonces, ¿es malo o es bueno? Debo decir que es malo, siempre será malo un destino que incluya muertes, siempre será malo una realidad de incluya odio, siempre será malo un tiempo que en el que sufran los pueblos. ¿Es merecido? No puedo decir que sea merecido para los venezolanos, buenos en esencia. ¿Es una consecuencia? Si. Y está en mi oraciones diarias, junto a las que hago por los que han caído, los que han herido, los que están conscientes y peleando desde sus trincheras y espacios, que sirva este momento de la historia para nunca más volver a él. Así que quizás puedo decir, es malo, muy malo, pero ruego que sirva para un “bueno” futuro. En consecuencia, el DESAGRAVIO DE NUESTRO GENTILICIO exige que deje de criminalizarse el ejercicio de los derechos, que se deje de manipular “la consciencia histórica” de la “patria”, que se asuma la responsabilidad de por la ineficiencia del sistema y que se deje de tener a Venezuela de “chancleta” por los de aquí y los de afuera.
Así pues, aunque los responsables de que tengamos este gobierno deberán responder ante sus espejos y ante el futuro (espero) , el único responsable de esta Venezuela, es el gobierno, quien debió gobernar lo que es hoy ingobernable y los ciudadanos no tienen la obligación de ceder, ni una sola vez más, en el ejercicio de sus derechos, pues, el derecho a la manifestación, a la libre expresión, a la salud, a la vida, a aprender, a pensar, al libre desenvolvimiento de la personalidad, a trabajar, a descansar, a ser feliz, a crecer, a la calidad de vida, a la bondad, a la dignidad, son cualidades inherentes al ser humano, de las que sólo se le ha entregado al Estado, y este al Gobierno, la obligación de garantizarlas a cada ser humano al cual sirve. Es necesario entender que LOS DERECHOS HUMANOS no son ni propiedad ni administración ni de Nicolás, ni de Diosdado, ni de ninguna de las Gabrielas, ni de Luisa, ni de tu vecino del Consejo Comunal, ni del colectivo, ni del Guardia nacional; que lo único que tienen es LA OBLIGACIÓN INELUDIBLE DE RESGUARDARLOS, ASEGURARLOS Y GARANTIZARLOS, y si no saben cómo hacerlo, pues que dejen que alguien más lo haga, y no obligarnos a aceptar la mitad de los muertos, o la mitad de las represiones, o la mitad de la mediocridad, o la mitad de la mentira, pues hasta ahora la única culpa que debe aceptar el pueblo venezolano, es haberse quedado callado ante la incapacidad.
#ADELANTEVENEZUELA