miércoles, 23 de mayo de 2012

Un segundo de locura

Hay una realidad a la que no podemos escapar y es que todas nuestras acciones tienen repercusión en nuestras vidas, pero también tienen repecusión en el mundo que nos rodea y en la vida de las personas que nos rodean, incluso en aquellas a las que nunca hemos visto, y a las que tampoco pensamos nunca ver. Este no es un tema nuevo, varios guiones cinematográficos han tocado el tema, varias teorías han abordado desde distintos ángulos esa realidad, desde la teoría de los seis grados hasta la teoría del Efecto mariposa, pasando por la película de Will Smith "7 almas". Asimismo, cada acto nuestro, deja en suspenso efectos por consolidarse con el tiempo, y la vida no nos alcanzaría para poder lograr tener conciencia de todos los efectos que nuestras acciones de forma directa o indirecta producen en el mundo. Sin embargo, no hay duda: somos replicadores permanentes de dichas circunstancias.
Debo confesar, que en mis ratos de ocio, en alguno que otro momento, trato de hacer una proyección mental de como y hasta donde llegarían las consecuencias de mis actos en todas las direcciones de vida. Un semáforo que cruzamos en amarillo, 10 minutos de retraso, un taxi que detuvimos nosotros y no otro, la última tarjeta de teléfono comprada en un lugar que obliga a otro a comprar en otro sitio, un sí, un no, un adiós, un hola.
Terminaríamos neuróticos o esquizofrénicos si trataramos de ajustar nuestras acciones a esa circunstancia, al final sólo podemos vivir, tratando de tomar las mejores decisiones y asumir el mejor compormiento que sea posible conforme a nuestras realidades, a nuestras condiciones y a nuestras vidas. Hoy sin embargo, por un segundo tuve la oportunidad de saber como afectaron mis decisiones a desconocidos y tuve la dicha de que fuera beneficioso. Por eso hoy, en un breve momento de locura, en honor a ellos, decidí hacer un brake y decir: perdón todos aquellos a quienes no sé como ni cuando, mis acciones produjeron alguna desventura, y gracias a todos aquellos, cuyas decisiones contribuyeron a mi felicidad.

Nos Vemos en el Espejo...